Juan

la miseria ha llegado y parece que se ha instalado en esta sección, porque llevan días pagando miserias auténticas por las búsquedas. Evidentemente, así no vale la pena perder el tiempo.

Hola ¿Es posible que paguéis solamente 0,007 cts. por visitar Patrocinio blog beruby? Es ridículo y vergonzoso. Hace poco se dejó de pagar durante 2-3 días las búsquedas de Yahoo argumentando que no se habían generado ingresos, luego se dejó de pagar estas visitas porque incluyen nombres propios (y nunca se ha dicho en Beruby que esto no se pueda hacer), y ahora pagáis una miseria por las búsquedas del Blog... Beruby, definitivamente, va en decadencia,

Mejor William Hill, 888 Sport... Ésta es mi experiencia personal: mala. Me birlaron una apuesta y no admiten discusiones; además no contestan a los correos que se les envía. Por otro lado, les ingresé el dinero por Paypal y me obligaron literalmente a retirar mis ganancias por transferencia bancaria cuando ellos admiten otras formas de pago, como el propio Paypal. Para mí, esto es un engaño: si ponen que puedo retirar por Paypal, deben cumplir lo que publicitan. No os la recomiendo.

Para empezar, no admite Paypal ni para depositar ni para retirar. Paypal es tan esencial en el mundo virtual como ING.

He hecho varias apuestas y los resultados han permanecido inmutables durante minutos, horas o ¡días, sí días! Tengo el dinero apostado pero no sé cómo van los resultados y, si he ganado, no puedo disponer del dinero porque tardan una eternidad en actualizar los resultados. La respuesta de ellos ha sido que aconsejan a los usuarios ¡consultar páginas de información deportiva para conocer los resultados! Claro, les he dicho yo: apuesto en tenis a que Pepito gana un punto concreto; pero para si me pongo a mirar en una web deportiva el resultado, ese punto ya ha pasado, y el juego también, y el set y quizás también el partido. Esto es algo tercermundista. No caigáis en esta trampa recaudatoria. Es mi consejo. Hay casas de apuestas más serias.

No es que me guste el Madrid, pero prefiero que gane antes que el equipo de los políticos independentistas catalanes. Esta temporada soy del Real Madrid

Acabo de recibir el cashback al momento. Ganar apostando ya será otra cosa. A ver qué depara la suerte...

Concretamente en un avión, pasé bastante vergüenza cuando en un viaje trans oceánico, donde las horas se hacen eternas, pude pillar el sueño a media noche. Me desperté, al cabo de no sé cuánto tiempo, cogidito a la pasajera de mi derecha, a la que yo le había pasado un brazo por encima de su pecho. El sueño fue reparador, y no hubo mala intención,lo juro.

Al uso de la costumbre de este portal de asir con facilidad los anglicismos y sembrarlos a diestro y siniestro, tiro de uno de ellos para definir lo que de toda la vida ha sido un hombre a la moda, elegante y social ("gentlman", vaya). Y, por considerarme tal, no faltan en mi vestuario los accesorios que ponen tilde al refinado gusto de vestirme en consonancia con el palabro; así que siempre me proveo de mi pañuelo en el bolsillo de la chaqueta cuando uso ésta para determinados fines sociales; nunca me quedo sin una colonia sofisticada, de ésas que no se venden en un todo a cien; a la par, una corbata sigue al pañuelo de bolsillo y, por supuesto, un buen sujeta corbatas evita el desamparo de éstas y las abraza con mimo regalón en los mismos eventos sociales y/o familiares; por último, para las grandes celebraciones, las de tono "aniversario", los gemelos siguen a todo lo demás. Estos accesorios siempre han ido y siempre irán en mi lista de prioridades para cualquier regalo al uso. El hábito no hace al monje, pero la elegancia no muere con el paso de los años.

Me pasó en Ciudad de Panamá hace 5 años, cuando viajé allí de vacaciones con mi mujer. Al menos entonces, las diferencias entre las calidades de los hoteles eran proporcionales a la distancia geográfica con nuestro país; o sea, kilométricas. Encontramos habitación en un hotel que distaba mucho de ser el idóneo, pero no había otro. Allí todavía se manejaban con llaves de cerradura, no de tarjeta. Un día bajé con prisa a recepción a buscar hielo porque estaba viendo un partido de fútbol en la tele. Al subir en el ascensor a mi habitación abría la puerta y entré de sopetón con la bolsa de hielo; pero con la precipitación pulsé una planta más abajo de la mía, así que me metí en otra habitación, donde me recibió una norteamericana rubia, joven, bien moldeada y en top les, la cual puso cara de susto y dio un paso atrás al ver que me echaba encima de ella. Cuando vi que la habitación no era la mía me puse rojo como un tomate y me deshice en disculpas y perdones. La chica, al ver mi error, medio sonrió. Me fui retirando hacia la puerta de salida agachando la cabeza para hacer hincapié en mis sinceras disculpas. Ahora me parece divertida aquella escena, pero entonces creo que fue la única vez que hice mío el dicho de "¡trágame,tierra!". Lo peor fue el ridículo y el bochorno que pasé, lo mejor las vistas de aquella habitación,que no daban al mar precisamente.

¡Qué pereza!,casi mejor que me quedo como estoy.

Jajaja, no sé si las alpargatas son ya un icono clásico en el mundo del calzado, o un calzado icónico como decís vosotros. En cualquier caso, en Aragón (de donde soy yo) eran una calzado habitual, y que ya forma parte de la cultura (quizás clásica) de mi tierra. De todas formas, todavía existen alpargaterías que venden este tipo de calzado. Y gracias, por el premio ;-)

Como a mí me va la vena nostálgica y el sentimiento familiar, siempre he deseado poseer unas alpargatas que mi abuelo (alpargatero maño de toda la vida) hizo poco antes de morir, y que además fueron las últimas a las que dio vida. No sólo las quería por el contenido emocional que me produce la confección de uno de los pocos artesanos zapateros que en nuestra tierra quedan, sino también por el valor inestimable que supone una obra de arte que no tiene cabida en el mundo material ni especulativo. Finalmente, esas alpargatas se quedaron en la sala de visitas del Ayuntamiento de su pueblo, zaragozano por más señas. Y esto me enorgullece más todavía como descendiente suyo. ¡Por ti, abuelo!

El viaje de mi vida es aquél que todavía no he realizado.

Es una camiseta que compré de oferta, me gustó su diseño, su dibujo y el precio que tenia. Además era la ultima que quedaba. Me encanta llevarla y la cuido con mucho mimo, lavado a mano y secada al sol puesta del reves. No creo que vuelva a encontrar otra igual